El municipio de Plumelin es un lugar ideal para relajarse en medio de un paisaje rural, al tiempo que ofrece numerosas oportunidades para descubrir. Entre ellas, destaca Kingoland, el mayor parque de atracciones de Morbihan, con más de 40 atracciones aptas para toda la familia.

Jueves por la mañana - en Locminé (Semanal), Centro de la ciudad.
Sábados por la mañana - en Baud (Semanario), Place de l'église.

Los comercios del centro del pueblo, que incluyen panadería, pastelería, carnicería y charcutería, restaurante, bares, puesto de pizzas y food truck especializado en galettes y crêpes, ofrecen una amplia gama de opciones para comer y beber. Una amplia oferta de tratamientos gracias a la presencia de numerosos servicios médicos y paramédicos. Los salones de belleza y peluquerías están dispuestos a ofrecerle servicios de calidad para que luzca su mejor aspecto.

Para los amantes de los sabores locales, La fruitière du Colpo es una visita obligada para degustar los productos de la tierra y de otros productores locales.

Para los amantes del senderismo, el municipio ofrece dos rutas pintorescas: el Circuit du Tarun y el Circuit des Ajoncs. Estas rutas atraviesan los paisajes serenos y tranquilizadores del valle del Tarun, ofreciendo una experiencia de senderismo gratificante y relajante en plena naturaleza.

Kingoland, considerado el mayor parque de atracciones de Morbihan, ofrece más de 40 atracciones diseñadas para entretener a toda la familia. Situado justo al lado del parque de autocaravanas, se complementa con una gran cantidad de instalaciones comunitarias, incluyendo un estadio de la ciudad, un Pumptrak, un parque infantil, instalaciones de crossfit, una pista de fitness y una zona de picnic, lo que garantiza una multitud de actividades para todas las edades e intereses.

Los aficionados a la historia y al patrimonio cultural estarán encantados de descubrir los lugares emblemáticos de Plumelin. Podrá visitar la iglesia de Saint-Melaine, así como las capillas de Saint-Jean-Du-Poteau, Saint-Quidy y Kermaria, sin olvidar las cruces sagradas y las fuentes de Saint-Jean-Du-Poteau y Saint-Melaine. La Roca de Kervadail, una imponente formación rocosa de más de 500 toneladas, es también una visita obligada para los visitantes, ya que ofrece un notable espectáculo natural en el corazón de un paisaje de caos rocoso.